El símbolo es un intento de definición de toda una realidad abstracta, sentimiento o idea, en cierto modo invisible a los sentidos terrenales bajo formas de imágenes u objetos. En un todo que no podemos descomponer quizás bajo el prisma nuestro actual, pues a veces, sino en el todo, hay que verlos con ese sexto sentido de la mística, la cábala, el esoterismo, la religión, etc. Y sobre todo universalmente, ¡acaso los grandes monumentos históricos no se hicieron mirando a las estrellas!.. Por tanto posee un sentido subjetivo opuesto a la alegoría, cuyo significado principalmente objetivo, se halla normalmente a gran distancia de los términos que la componen. Solo los seres primitivos y los niños usan habitualmente el símbolo, que representa a un estadio de la asociación de ideas y una concepción religiosa y por qué no, ¡mágica¡ de aquel mundo, en el aquí y en el ahora, de nuestro mundo. Desde que el hombre tiene capacidad de abstraer, una de las primeras manifestaciones de eso que se ha convenido en llamar la civilización, es el empleo de la escritura y la numeración, que está en contrapunto al de los símbolos, en la medida en que se advierte la oposición entre razón e imaginación, a pesar de todo, las primeras escrituras conocidas están próximas, si no lo son a los símbolos. Por otra parte, el conocimiento de los símbolos está ligado al más vasto dominio de la historia de las religiones y, a pesar del considerable esfuerzo de análisis por parte de la ciencia, no se asientan bases estables para un orden.
“Lo propio del símbolo es permanecerindefinidamente sugestivo: cada uno ve enél lo que su potencia visual le permite percibir.A falta de penetración, nada profundo se percibe”
Jean Chevalier
